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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Shabat 35 – Reloj Talmúdico


Shabat 35 – Reloj Talmúdico

Hay algunas personas que somos más obsesivas que otras con los horarios. Nos estresamos si llegamos dos minutos tarde a un compromiso y somos “temeroso” de las agujas del reloj. Ahora ¿Cómo hacíamos antes del invento del reloj… o mejor dicho cómo hacíamos antes de que el reloj que en tiempos pasados era un objeto de lujo se popularizara?, ¿Cómo hacíamos cuando no todo el mundo tenía un reloj?

Nuestro Daf continúa el anterior. Se ocupa de definir qué es y cuanto dura este período de Bein HaShmashot, este tiempo sin tiempo que no queda claro si pertenece al día que está terminado, al día que está empezando o bien si es un “entre” los días, como literalmente traducimos “entre los soles”.

Miren como hace el Talmud para explicar cuanto dura este tiempo: El que quiere saber cuanto dura este tiempo según la postura de Rabi Nejemia tiene que hacer lo siguiente: Cuando el sol se pose sobre el Har HaCarmel va, se sumerge en el mar y vuelve y ese es el tiempo.

Esto me recuerda una anécdota que mi tío me contó una vez en Israel: Cuando preguntó para un señor a cuanto estaba de un determinado lugar esté le respondió: “En dos cigarrillos llegas”. El hecho es que mi tío no fuma… por suerte contamos con relojes!!!

Rabi Iehuda y Rabi Iosi discutían respecto de cuando era el tiempo de Bein HaShmashot, cada uno tomaba otro hecho de público conocimiento… por ejemplo cuando los Cohanim iban a la Mikve.
Es sabido que la noche para el Luaj comienza con la salida de las estrellas, más específicamente con la salida de tres estrellas medianas y esto tiene fuente exactamente en esta hoja del Talmud. Dicen: Si vemos una estrella es de día, si vemos dos es el tiempo intermedio, cuando vemos tres ya es de noche.

Luego nos cuentan de los sonidos del Shofar que se escuchaban en la víspera del Shabat. Se hacían sonar seis Tekiot y cada una de estas era un mensaje distinto. Por ejemplo que paren de trabajar los del campo, hasta que se enciendan las velas. Al no existir relojes para todos alguien tenía que marcar el tiempo para todos, como el director de orquesta, como el reloj del pueblo, como el sereno que daba las horas en tiempos coloniales.

Como no habían relojes y no podían decir a partir de una hora determinada lo que hacían era buscar hechos de la naturaleza que todos puedan apreciar, como algo que ocurra en el firmamento (que se oculte el sol o la salida de las estrellas), a diferencia de las doce de la noche del calendario gregoriano que es imposible saber cuando ocurre si no tenemos un reloj a mano.

Es interesante que hoy en día seguimos manejando nuestro Luaj con estos parámetros y es un mensaje muy fuerte. La tradición nos enseña que el tiempo es algo que no depende de nosotros, no lo podemos manipular humanamente, sino que este llega o se va… lo que si está en nuestras manos es decidir qué es lo que cada uno hace en él. 

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