Shabat 31 – La Paciencia
de Hillel
Enseñaron
nuestros Rabinos que tenemos que ser pacientes como Hillel y no impacientes
como Shamai.
Este principio lo
explican con varias historias que nos ilustran la paciencia de uno y la
impaciencia del otro.
Cuentan sobre una
apuesta que hicieron dos personas, el que lograba impacientar a Hillel ganaba
400 zuz. La historia ocurre en la víspera del Shabat (justamente en un momento
que uno está ultimando los preparativos para recibir al día consagrado…) La
persona toca a la puerta de Hillel, él se viste y sale a recibirlo. Le dice:
Tengo una pregunta. Hillel: Pregunta hijo mio. Y la pregunta es del tipo: ¿Por
qué los que nacen en un lugar “x” tienen la parte del cuerpo “y” de esa forma? A
lo que Hillel responde: Es una pregunta muy interesante y le da una respuesta.
Luego de una hora lo mismo, y esta historia se repite muchas veces hasta que el
que pregunta se da por vencido.
A continuación
vienen las tres historias sobre una persona que se quiere convertir al judaísmo
con una condición. La persona llega primero a lo de Shamai y él se enoja (se
impacienta) y luego va a lo de Hillel y este lo recibe. Las tres condiciones
son: recibir sólo la Tora escrita y no la oral, que le enseñen toda la tora en
el tiempo que él esté parado en una pierna y la última es con la condición de
ser un sumo sacerdote.
Hillel siempre da
primero la bienvenida, con paciencia y luego enseña. En el primer caso le
enseña el Alef Bet y al otro día le dice que cada letra es otra, cuando la
persona se queja ya que el día anterior le había dicho otra cosa, le muestra
así Hillel la imposibilidad de desprender lo escrito de lo oral. En el segundo
caso es la conocida historia que Hillel dice: No le hagas al otro lo que no te
gusta que te hagan a ti y agrega, ahora anda y estudia. La última asume que con
el estudio él llegará a la conclusión que eso no es posible.
Las preguntas
que tendremos que responder
Nos cuenta el
Talmud que cuando nuestros días lleguen a su fin deberemos responder las
siguientes preguntas: 1. ¿Mantuvimos la fue en Ds en nuestras actividades para
ganarnos el sustento? 2. ¿Fijaste tiempos para el estudio de la Tora? 3. ¿Te
ocupaste de la procreación? 4. ¿Esperaste la redención? 5. ¿Intercambiaste
ideas con inteligencia? 6. ¿Entendiste una cosa por inferencia de la otra?
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