Shabat 25 - Velas de Shabat

Shabat 25


Al comienzo de este segundo capítulo del tratado de Shabat se preguntaban con que tipo de aceites y mechas podíamos encender las luminarias y con cuales no.

Más allá de lo técnico de la calidad del aceite y de las mechas para poder cumplir con la Mitzva de la mejor forma posible, la Guemara nos deja hermosas enseñanzas respecto a los principios vectores y motivos del encendido de las velas, por ejemplo en este Daf.

Afirman que el encendido de las velas del Shabat es Jova (obligatorio) y lo contraponen con tomar un baño caliente que lo catalogan como Reshut (opcional), mientras que otros afirman que de ninguna manera es Reshut, sino que es Mitzva (un precepto).

Respecto a estas categorías, es probable que lo que se esté discutiendo en el fondo es si el encendido de las velas necesita o no de una bendición.

Al respecto traen la costumbre de Rabí Iehuda bar Ilai que pedía que le trajeran una palangana de agua caliente con la cual se lavaba la cara, las manos y los pies. Luego se vestía y nos dicen que se asemejaba a los ángeles celestiales del Eterno.

Con un versículo de Eija (Lamentaciones) refuerzan esta idea y vinculan el día de Shabat con el encendido de las velas, el baño y una linda mesa.

Probablemente porque no era común higienizares seguido y comer como se come en Shabat se preguntan ¿Quien es rico? Y dan varias respuestas: aquel que disfruta de su fortuna (lo cual nos hace acordar al Pirkei Avot que dice el que esta contentó con lo que posee), y trae algunas opciones más como por ejemplo: el que tiene 100 viñedos, 100 campos y 100 trabajadores que se ocupen de ellos. Rabí Akiva dice: El que tiene una mujer agradable con los quehaceres (no queda del todo claro, probablemente esta alabando a su mujer que lo motivo a estudiar de grande y ella se ocupaba del sustento). Rabí Iosi dice: todo el que tiene un baño cerca de su mesa (probablemente esto era algo poco común en tiempos Talmúdicos). Vemos qué algunas definiciones son más materiales y otras más prácticas.