Brajot 36 – ¿materia
prima o producto elaborado?
¡A poner las
manos en la masa!
Ante una página
de Talmud siempre me gusta explicar que es como una suerte de cocina de la
Halaja. Que hay que poner las manos en la masa, nos tenemos que ensuciar,
sumergir en el texto, desprendernos de lo que conocemos para no leer el texto
con nuestros anteojos.
Esta página es
poner las manos en la masa literalmente, ya que se habla específicamente de la
bendición que corresponde pronunciar antes de ingerir cada uno de los
alimentos.
Encontramos
interesantes intercambios de opiniones, por ejemplo ¿Qué bendición pronunciamos
sobre el aceite de oliva? ¿Y cuál sobre la harina de trigo? Las opiniones van y
vienen de un lado al otro, los rabinos manejan conceptos y variable como ver si
es un producto en si mismo o una materia prima para otro alimento. De alguna forma
nos recuerda lo que veíamos en la página anterior y comienzo de esta el
producto principal y el secundario, ¿sobre qué bendecimos?
Lo interesante, a
mi entender, es tomar consciencia que lo que estamos a punto de ingresar a
nuestro cuerpo tiene una procedencia, ¿Cómo fue? ¿Quién la hizo? ¿De dónde
salió? La bendición es agradecer y tomar conciencia. (La braja es un condimento
más del alimento, cuando tomamos conciencia y pronunciamos una bendición
nuestro alimento queda más sabroso)
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