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lunes, 5 de noviembre de 2012

Shabat 33 - Apreciar las pequeñas cosas de la vida cotidiana


Shabat 33 - Apreciar las pequeñas cosas de la vida cotidiana


El estudio de la Tora nos aleja de las transgresiones
Como en la página anterior traían los castigos por los cuales terminaban nuestros días en este mundo. Al comienzo de esta hoja continúan con la teología de castigo y recompensa trayendo una extensa lista de transgresiones y castigos por ellas. Para terminar con esta lógica concluyen que los Tzadikim por medio del estudio de la Tora le otorgan perdón al mundo y en caso de que no haya Tzadikim, los pequeños que estudian Tora son los que tienen el mérito del perdón por las transgresiones. La lógica que está por detrás es que el estudio de la Tora nos aleja de las transgresiones

Apreciar las pequeñas cosas de la vida cotidiana
En tiempos del Imperio Romano Rabi Shimon Bar Iojai y su hijo (Rabi Eleazar) en la Tierra de Israel, como no tenían permitido estudiar la Tora se escondieron en una cueva para poder estudiar sin ser descubiertos. Ocurrió un milagro y en la cueva apareció para ellos alimentos y un manantial. Estudiaban enterrados en la arena para no gastar sus únicas vestimentas. Luego de doce años Eliau HaNavi se acercó a la puerta de la cueva y les dijo que el emperador había muerto y el decreto ya no existía. Cuando salieron de la cueva y vieron a las personas trabajando la tierra pensaron que se estaban ocupando de sus propias necesidades y estaban perdiendo el tiempo al no dedicarse al estudio de la Tora. Así cada lugar que miraban lo quemaban con la vista. Salió una voz celestial y les dijo: “¿Para esto salieron? Vuelvan a la cueva!” Estuvieron doce meses más y al salir, aparentemente, habían hecho su Teshuva. En la víspera de Shabat vieron un anciano que tenía en la mano dos ramas de Adasim (Mirto) y le preguntaron, ¿por qué llevas dos? A lo que el anciano respondió una por Shamor (cuida) el día de Shabat y otra por Zajor (recuerda) – Ellos apreciaron esta respuesta y se dieron cuenta que no todos tenían que ser como ellos de dedicarse full time a la Tora, y que hay otra forma posible de alabar y disfrutar la forma de vida judía como lo hacía el anciano con los dos Adasim para el día de Shabat.



martes, 16 de octubre de 2012

Shabat 13 – Extremando los cuidados para no trasgredir II


Shabat 13 – Extremando los cuidados para no trasgredir II


Nida
Se preguntan: ¿Una Nida (una mujer con el ciclo menstrual) puede acostarse con ropa – tipo pijama y camisón – con su marido? Y contestan con los siguientes casos, dándonos a entender que quieren mantenernos alejados de las transgresiones.


Cárneos y Lácteos
Pollo y lácteos en la misma mesa (no comerlos, sino que estén en la misma mesa) – Beit Shamai permite, Beit Hillel no. Interesante que por lo general la casa de estudio de Hillel es más permisiva que la de Shamai, en este caso es al revés.
Los Ajsanin (aquellos que comparten un lugar de vivienda como un Hostel), si no se conocen comen en la misma mesa uno lácteo y otro cárneo, pero si se conocen no. Cuando hay algo que divide entre ellos cumpliendo la función que uno no tome nada del plato del otro se puede.


Nida (continuación…)
Para poder responder la pregunta traen la historia de una persona que estudiaba mucho y que formaba Rabanim, pero que sin embargo murió a una edad muy temprana. Su esposa iba buscando respuesta a lo sucedido ya que no podía comprender que una persona tan estudiosa tenga un final tan repentino. Un día le preguntaron cómo era el comportamiento de él durante los días de su ciclo, a lo que ella respondió que ni siquiera con la uña él la tocaba y siguió preguntando: ¿y en los días “blancos”? (La Tora habla que a partir del momento que comienza el periodo el hombre y la mujer no pueden mantener relaciones sexuales por siete días, los Rabinos establecieron que a partir del día que termina de bajar sangre hay que contar siete días nekiim o “blancos”, para luego hacer el baño ritual y luego si reanudar las relaciones sexuales). Ella respondió que en esos días comían y bebían juntos, dormían juntos, pero que no se le ocurría otra cosa más allá de eso. A lo que el que pregunta dice: Bendito Ds, que lo mato.
La historia es realmente dura. Nos muestra una devoción por los cercos para mantenernos alejados de las transgresiones. Hay veces que hay cercos, de cercos, de cercos y lo esencial queda perdido.